Trimey se despide de momento , entramos en un periodo de relexión y de explorar otros ámbitos, cualquier emprendimiento requiere de mucho esfuerzo y toma de decisiones importantes, ahora toca rehacerse y quién sabe si nos volveremos a encontrar. Han sido tres años llenos de ilusión y esperanza… Hay muchas cosas que nos gustaría decir pero nos faltan las palabras , GRACIAS a todas nuestras seguidoras y fieles clientes que han confiado en nosotras y en la filosofía TRIMEY.
La generosidad y las madres
Leyendo un artículo en una revista científica sobre la generosidad, me llamó la atención de lo que se entiende por este adjetivo y que mucha gente utiliza de forma errónea. Continuamente se lo adjudicamos a personas que donan dinero o que comparten sus riquezas y eso, como dice su autor, es una conducta tan natural como el egoísmo (aunque nada desechable y que siempre ayuda).
La generosidad es una virtud y, como tal, la tenemos que entender. Además, tal calificativo sólo se demuestra en las personas que dan algo de lo que ellos necesitan y que echaran en falta. El ejemplo lo tenemos con muchas madres, que ellas son mucho de esto.
¿Qué es lo que entrega una madre? TIEMPO. No queremos hablar ni de amor ni de fraternidad, eso, muchas veces, también lo hacemos por egoísmo, los niños son muy receptivos al cariño y todas sabemos que si se les da, nos lo devuelven.
Son nuestro tiempo y entrega los que dedicamos a nuestros hijos y familiares, que sacrificamos a lo largo de nuestra vida y que, además, no nos sobra. Muchas de nosotras salimos de trabajar y estamos pensando en la compra, en los deberes, en las extra escolares y en otras tareas domésticas que quedan por hacer, incluso teniendo una persona que ayude en casa.
Dejamos nuestra carrera profesional de lado y nos estancamos, muchas veces por comodidad, justificándolo con la frase: «con que trabaje uno de los dos es suficiente». Gran error: a ti nadie te va agradecer lo que haces por tu familia, pero como persona generosa vas a dar lo que no te sobra y sin mirar atrás.
Tus hijos crecerán y tú seguirás igual de entregada, trabajes o no.
En todos los casos la generosidad es de la madre, que sacrifica muchas cosas personales y, además, las echará en falta, si no ahora, en algún momento de su vida, y todo ello con independencia de que se arrepienta o no.
Pero como dice este artículo, nosotras miramos por el bien de la especie, comportamiento altruista de no todos los seres vivos. La generosidad se da siempre en el ámbito más íntimo y es por ello que se demuestra más en el ámbito familiar, pues cuando se aleja perdemos nuestro ámbito de confianza.
El individuo generoso no espera que se le reconozca su virtud, lo hace de forma desinteresada y, además, como dice George Willian, en la sociedad humana prehistórica ya se veía que los individuos socialmente aceptables estaban mejor adaptados al ambiente que los egoístas y aprovechados. Las sociedades egoístas duran poco.
Y termino con una frase de una de las personas más generosas y entregada a los demás, de la historia, y sobre todo Madre, porque, aunque no tuvo descendencia, posiblemente haya sido, en virtud de lo antes expuesto, la más madre de todas: “Bienaventurados los que dan sin recordar y los que reciben sin olvidar” Madre Teresa de Calcuta.
Imagen: Waiting for the train, de Inés de Haro