Trimey se despide de momento , entramos en un periodo de relexión y de explorar otros ámbitos, cualquier emprendimiento requiere de mucho esfuerzo y toma de decisiones importantes, ahora toca rehacerse y quién sabe si nos volveremos a encontrar. Han sido tres años llenos de ilusión y esperanza… Hay muchas cosas que nos gustaría decir pero nos faltan las palabras , GRACIAS a todas nuestras seguidoras y fieles clientes que han confiado en nosotras y en la filosofía TRIMEY.
Hay mucho sitio al fondo
Así tituló Feynman su histórica conferencia en la que supo expresar, antes que nadie, las enormes posibilidades que ofrecía la investigación y manipulación del mundo microscópico.
Él pensaba que había mucho por hacer. Todavía hay sitio, decía. Y, así, es como tenemos que pensar las mujeres. Hay mucho sitio para nosotras en la sociedad actual, a pesar de que, en pleno siglo XXI, no hemos conseguido la total igualdad con el otro sexo.
En algunos ámbitos, se observa cómo el efecto tijera va desapareciendo, como es el caso del acceso a las carreras universitarias. No obstante, ese efecto no se mantiene en el tiempo, una vez finalizados los estudios, se incorporan más hombres que mujeres al mundo laboral.
Pues bien, si extrapolamos el pensamiento de Feynman y lo comparamos con la situación actual, el pensamiento debe ser otro. El fondo ya está lleno y, ahora, las mujeres queremos llegar a las primeras filas, sin trepar, simplemente teniendo las mismas oportunidades que los hombres, o las mismas posibilidades, la capacidad y la inteligencia ya están más que demostradas. Sólo falta una cosa: que las estadísticas lo demuestren y que no tengamos que hablar más de este tema. Hay que acabar con muchos prejuicios que a nosotras nos afectan más que al otro sexo. Es el caso de la productividad. Queremos que cuando se exija, sea la efectiva, solo así se nos tratará por igual. No por trabajar más horas eres más productivo.
Cuando en el mundo laboral se cambie ese concepto empezaremos a ver que hay paridad entre hombres y mujeres.
No podemos dejarnos amedrentar por los números. Y al mundo laboral hay que cambiarle la forma de valorar las capacidades. Y pedir productividad eficiente y que se tenga en cuenta que es necesaria la conciliación laboral y familiar. Situaciones hay muchas, y no vamos a entrar en detalle de todas ellas, pero no podemos parar hasta conseguir la igualdad que llevamos reivindicando mucho tiempo.
Tenemos que unirnos, porque no sólo queremos poder acceder a los mismos puestos que los hombres, en todos los ámbitos, sino que después de que eso ocurra, tendremos que luchar por evitar otro obstáculo: que desaparezca la desigualdad entre los sueldos, siempre que se trate de los mismos puestos y responsabilidades. También habrá que cambiar la valoración que hacen los hombres de las mujeres y, sólo en algunos casos, las mujeres de las propias mujeres. Aprendamos y enseñemos a respetar las labores de las amas de casa, valoremos a las mujeres que trabajan fuera de casa y que están en continua formación…valoremos el sexo femenino y el masculino por igual. Nosotras ya lo hacemos.